Historia del Ometepec, antiguo

Esta fue una de mis tareas de investigación, no recuerdo exactamente la bibliografía que consulté pero fueron de escritores locales, recuerdo que la hice en el sistema operativo MS-DOS con la herramienta EDIT


El Municipio de Ometepec está asentado en una superficie muy accidentada; hay cañadas, ríos, arroyos, pequeñas planicies, lomeríos y cerros, superficie que va desde los 20 metros hasta los 1,200 metros de altura sobre el nivel del mar.
Este territorio estuvo habitado por indígenas amuzgos antes de la conquista.
El historiador Moisés Ochoa Campos, en su obra “Historia del Estado de Guerrero” dice que fueron los amuzgos los que fundaron Ometepec y esto ocurrió más o menos en el año 400 de nuestra era.
Hay diferentes hipótesis acerca del origen de los amuzgos, la que se ha probado hasta hoy, es que ésta es una subraza de los zapotecas y los mixtecos, según lo refiere la historiadora Margarita Daltón Palomo; al producirse un desarrollo interno de fusión de las razas mixteca y zapoteca, se formaron distintos grupos étnicos que su vez fueron generadores de los grupos indígenas que subsisten hasta nuestros días, entre ellos los amuzgos con su lengua, su indumentaria, su cultura, sus costumbres y su organización. Dice que lo único que observan esos grupos de sus antepasados los mixtecos y los zapotecos, son las raíces de sus lenguas que aunque son distintas entre sí, tienen raíces comunes.
Se puede confirmar esta teoría, observando las costumbres del tequio y la guelaguetza que todavía se practican entre los amuzgos como se hacía en los pueblos zapotecos, siendo esta una forma de solidaridad que consiste en que todos los habitantes de una comunidad acudan en auxilio de la familia que tiene que hacer gastos en ocasión de una defunción, un matrimonio, una mayordomía obsequiándole productos, trabajo y dinero para que resuelvan su problema y el tequio es el trabajo colectivo para las obras públicas que se hace en forma obligatoria para los habitantes de la comunidad. También la forma de sembrar las sementeras mediante la tala y quema de montes, es costumbre heredada de los mixtecos y zapotecos.
Los amuzgos fundadores de Ometepec convivieron con los mixtecos sin fusionarse y ambas etnias fueron conquistadas por los aztecas, bajo cuyo dominio se encontraban cuando ocurrió la conquista española; formaban parte de la provincia de Ayacaxtla, cuya cabecera era Igualapa, pero los amuzgos tenían la cabecera de su reino en Xochistlahuaca.
El Antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán dice que al ocurrir la conquista habitaban en esta zona veinte mil cabezas de familia, lo que significa que los indígenas amuzgos eran un pueblo numeroso y pujante en aquella época.
Acerca de la forma de ser de los amuzgos, pacíficos, trabajadores, organizados y limpios, el historiador Gutiérrez Tivón dice que es un pueblo semejante a lo que fue la Tribu de Leví en el pueblo de Israel y agrega que la palabra amuzgo se deriva del vocablo “Amochco” que quiere decir pueblo de los libros sagrados.
Los amuzgos establecieron su reinado en una basta zona que se localiza entre los ríos Ometepec al Oriente, Sur del Océano Pacífico; el río de Quetzala al poniente y los dominios de los mixtecos al norte; fueron un pueblo pequeño en relación a los mixtecos, los zapotecos y los chatinos con quienes colindaban; no tuvieron cultura propia, en la zona que habitaron se han encontrado ruinas y monumentos pero son de otras culturas, como la cultura zapoteca en Piedra Labrada, Cruz de Corazón , Comaltepec y El Terrero que seguramente ya existía cuando los amuzgos llegaron al territorio.
Sin embargo el pueblo amuzgo conserva hasta nuestros días las costumbres, el folklore, las artesanías y las creencias religiosas de sus antepasados que se han transmitido de generación en generación impidiendo que la aculturación europea los exterminara.
Tampoco permitió el pueblo amuzgo el mestizaje de su raza con los españoles ni con los negros, conservaron la pureza de su sangre y los perfiles de su fisonomía hasta donde les fue posible, enseñando a sus descendientes que el ser indio era un orgullo y una grandeza, ideología que en la actualidad está casi perdida, ya es difícil distinguir los rasgos amuzgos en las personas que siendo de esta raza se visten con atuendos modernos y se apenan de hablar la lengua materna; por fin, después de tantos siglos de cuidados y esfuerzos, triunfó la aculturación europea en este pueblo tan noble y valioso.
Los amuzgos en su lengua nombran a su raza como Na’ncue, que se traduce gentes de los mares y la lengua la llaman Ne’unda que quiere decir palabras o lenguaje del agua . No encontramos explicación a este hecho, a no ser que sus antepasados les hayan transmitido la tradición de que los primeros pobladores de América vinieron del Asia, internándose por el estrecho de Bering y ellos se hayan considerado como descendientes directos de aquellos remotísimos antepasados.
Nosotros dejamos por asentado que los primeros pobladores y fundadores de Ometepec fueron los amuzgos que todavía existen en algunos pueblos del municipio con las características que hemos mencionado
El nombre de Ometepec en la actualidad se supone deriva de dos vocablos nahuatls: el numeral Ome, dos y el sustantivo Tepetl, cerro y lo traducen etimológicamente como “Dos Cerros”, sin embargo al investigar este nombre hemos comprobado que el nombre precortesiano de Ometepec es Cerro Dos y esto porque así lo conservan las tres lenguas autóctonas: el amuzgo “Ndi’agüe”, “Ndia” plural de cerro y “Güe” numeral dos; en mixteco “Yucubi” Yucu, cerro y ubi, dos, se traduce Cerro Dos y en tlapaneco Yajmá que se traduce igual Cerro Dos.
Es muy posible que el Cerro Dos no estuvo asentado en el lugar en que está Ometepec, sino en algún lugar cercano. El Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México arqueológicamente sitúa a Ometepec y lo nombra “En los Dos Cerros”, en el kilómetro 218.4 de la carretera Acapulco Pinotepa Nacional y es precisamente en ese lugar donde se encuentran ruinas arqueológicas no exploradas sistemáticamente.
Los amuzgos se dedicaban al cultivo de la tierra sembrando maíz, fríjol y otros cereales, a la pesca en el litoral del Pacifico, en los ríos que descienden de las montañas, en las lagunas y charcos, todavía alcanzamos a conocer el sistema que utilizaban para capturar camarones y peces entre los pueblos amuzgos; a la caza en las selvas que abundaban en todo el territorio del municipio, sembraban y elaboraban el algodón, tejiendo sus ropas, sus cobijas y mantas, los huipiles en los que ocultaron el mensaje de sus credos religiosos que perduran hasta nuestros días y que no ha logrado destruir la aculturación europea ni las doctrinas del catolicismo.
Antes de la Conquista el Municipio de Ometepec formaba parte de la provincia de Ayacaxtla cuya metrópoli era Igualapa, de esta provincia el Profr. Amado González Dávila dice en su síntesis histórica del Estado de guerrero, que “Los cronistas llamaron provincia de Ayacaxtla a una parte de la Costa Chica comprendida desde las riveras del río de Ayutla hasta las llanuras que se prolongan más allá del río de Santa Catarina en el Oriente y por el Norte hasta los picachos más elevados de la sierra madre del Sur y por el lado Sur hasta el mar. Los pueblos que la integraban hablaban distintos dialectos: en Igualapa se hablaba el náhuatl, en Ometepec el amuzgo y el mixteco en otras poblaciones.
Los Ayacaxtecas formaron esta provincia para agrupar en una federación a las distintas etnias que habitaban en la región en Igualapa residían los mandatarios de esas tribus, era la cabecera y lo siguió siendo durante la dominación azteca y durante la conquista española, se sabe que Igualapa fue algunas veces visitado por los emperadores aztecas y allí estuvo en algunas ocasiones el Emperador Moctezuma.
En 1718, el Alcalde mayor y Capitán a Guerra de Su Majestad, don Pedro Arbués y Requera que funcionaba con esos cargos en Igualapa, cambió la sede de la Provincia de Ayacaxtla a Ometepec y con este hecho, Igualapa comenzó a perder su hegemonía.
Los amuzgos pagaban tributo al Emperador de México antes de la Colonia, en ladrillos de oro, lienzos de algodón, fríjol, plumas y otros productos de la región.
Don Pedro de Alvarado, al recorrer la Costa Chica en 1522, encontró la Provincia de Ayacaxtla bien organizada y la Conquista respetó esa organización al grado de que las autoridades siguieron residiendo en Igualapa.

1 comentario:

Unknown dijo...

saludos . . que paso con las fuentes?? bueno espero m las conseda, porque kiero trabajar en mi investigacion sobre, tradiciones y costumbres de ometepec guerrero, aun no especifico el tiempo, pero antes quiero saber que es lo que ya se ha escrito. y como afirmas que piedra labrada pertenecia a los zapotecas??? bueno slaudos y tengo mas dudas, pero creo q investigarè en fuentes primarias. jeje


:D

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